Descripción

El Palacio de Larrinaga en Zaragoza se erige como un exquisito ejemplo de arquitectura neorrenacentista y de la opulencia de principios del siglo XX. Diseñado por el reconocido arquitecto Félix Navarro Pérez entre 1900 y 1918, con elaboradas decoraciones de Carlos Palao, el palacete cautiva por su elegante diseño y su rica historia. Con una altura de 14 metros, este emblemático edificio, bajo la gestión de Ibercaja desde 1993, es celebrado como una de las principales representaciones de las mansiones burguesas de su época, ofreciendo una fascinante mirada a un mundo ya pasado. Con una puntuación media de 4,5 en Google, es una visita obligada para quienes aprecian la belleza arquitectónica y la historia. Los servicios incluyen baños públicos, lo que garantiza una visita cómoda para todos.

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Características

Pago con tarjeta de crédito., Baño accesible para sillas de ruedas, Baño

¿Cómo llegar aquí?

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Francisco De Quevedo
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Miguel Servet / Francisco Quevedo
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Pabellón Príncipe Felipe
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María De Aragón / C.S. Torre Ramona
Parada de autobús 282 m caminar

Reseñas y calificaciones

Escribe una opinión
4.5
basado en 318 opiniones
4.5/5 318 opiniones
María Ángel García
María Ángel García
2 meses hace en Google

El mejor lugar para bodas y eventos

Marina Gundin
Marina Gundin
3 meses hace en Google

El mejor sitio para celebrar una boda Totalmente recomendable

Víctor
Víctor
8 meses hace en Google

Esta reseña es sobre el valor histórico del edificio, no sobre otros usos del mismo. Se trata de uno de los mejores ejemplos de mansión burguesa de comienzos del siglo XX en España y tal vez en Europa. Concluido en 1911 según proyecto del influyente arquitecto Félix Navarro, fue encargado por el naviero Miguel Larrinaga para retirarse con su esposa Asunción Clavero (de ahí el nombre de Villa Asunción, por el que también se conoce). Sus dimensiones y decoración son imponentes, siendo autor de parte de la segunda el escultor Palao, cuya propia residencia en Paseo de Sagasta es así mismo un bello ejemplo de arquitectura modernista. En el palacio Larrinaga se usan profusamente los materiales propios de la burguesía industrial, como el vidrio o el acero. Tras el fallecimiento de Asunción Clavero, la finca se vendió en los años 40 a la empresa eléctrica GIESA, que estableció en ella las oficinas de su vecina factoría, de la que se puede contemplar la estructura pero que por desgracia corre un serio riesgo de desaparición.

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