Jade House en Amberes: fotos, reseñas

Descripción

Jade House en Amberes es un lugar acogedor e informal, perfecto para un encuentro entre amigos o una comida en solitario. Ofrece una deliciosa mezcla de cocina china, servida en platos de tamaño ideal para compartir o para disfrutar uno mismo. Conocido como uno de los mejores restaurantes chinos de la zona, Jade House deleita constantemente a los comensales con su variado menú, que incluye opciones veganas y vegetarianas. Disfruta de una taza de té caliente con tu comida o explora su selección de cócteles, vinos y cervezas. Abierto todos los días festivos, incluso los lunes, es ideal para un bocado nocturno o una velada relajada. Reserva una mesa para comer en el local o pide para llevar y disfruta de la noche en casa. Con una calificación promedio de 4,3, es un favorito local tanto para habituales como para recién llegados.

Precio

$$$$ 9 - 21 EUR

Comidas

Cena

Cocinas

Chino

Servicios

Entrega, Para llevar, Reservas disponibles, Comer en el lugar

Opciones dietéticas

Opciones veganas, Opciones vegetarianas

Oferta

Se sirve alcohol, Sirviendo postres, Platos pequeños, Comida nocturna, Sirviendo cócteles, Servir cerveza, Servir vino, Sirviendo café

¿Cómo llegar aquí?

Las opciones de transporte público más cercanas para su conveniencia.

Antwerpen Van Eedenplein

Parada de autobús 258 m caminar

Antwerpen Stedelijk Lyceum

Parada de autobús 236 m caminar

Antwerpen Verhaerenlaan

Parada de autobús 55 m caminar

Stedelijk Lyceum

Parada de autobús 298 m caminar

4.3

basado en 187 opiniones

Google

4.3/5 187 opiniones

Na Lin

Comida: 5
Servicio: 5
Atmósfera: 5

Alle feestdagen geopend (ook op maandag)

Rika Kujirai

Comida: 5
Atmósfera: 5

Top Chinese restaurant in deze buurt. Ik kom af en toe om af te halen 🥰

Dounia Fide

Comida: 1
Servicio: 1
Atmósfera: 1

Je suis sorti de ce restaurant non pas déçu, mais presque offensé. Ce n’est pas un repas que j’ai mangé, c’est une insulte silencieuse à la cuisine chinoise, une version sous anesthésie générale de ce qu’elle est censée être. Tout est fade, plat, sans âme. Une sorte de buffet émotionnellement mort, conçu pour des palais qui n’ont ni mémoire ni exigence. Les plats n’ont pas de relief, pas de parfum, pas d’identité. C’est de la cuisine pour gens fatigués de vivre, pour ceux qui veulent mâcher quelque chose sans rien ressentir. On dirait qu’on a banni le sel, le feu, l’âme et la main du cuisinier. Même l’huile semblait triste. Aucun plat ne raconte une histoire — ils semblent tous avoir été copiés-collés depuis une fiche Excel, dans une cuisine où l’inspiration est morte étouffée sous le plastique et les compromis. Je ne suis pas en colère parce que ce n’était pas bon. Je suis en colère parce que c’était sans intention. Et une cuisine sans intention, c’est une trahison pour ceux qui mangent avec le cœur.