Ta-nnin en Amberes: fotos, reseñas

Descripción

Ta-nnin en Amberes ofrece un escape acogedor y refrescante con un ambiente elegante pero desenfadado, perfecto tanto para reuniones con amigos como para cenas en solitario. Este bar de vinos deleita a los clientes con una impresionante selección de vinos y recomendaciones expertas del personal dedicado, que gestiona el lugar con calma y precisión. El menú, que incluye deliciosas tapas de inspiración asiática, está pensado para compartirse fácilmente, lo que lo convierte en un sitio ideal para disfrutar de bocados sabrosos junto a una bebida cuidadosamente seleccionada. Con precios moderados y excelentes reseñas, Ta-nnin promete una noche satisfactoria, con la opción de sentarse en el exterior o reservar para una velada sin preocupaciones.

Precio

$$$$

Servicios

Reservas disponibles, Asientos al aire libre, Comer en el lugar

Oferta

Se sirve alcohol, Sirviendo cócteles, Servir cerveza, Servir vino, Sirviendo comida, Sirviendo comida en el bar

Pago

Pago con tarjeta de crédito

Atmósfera

Con estilo, Íntimamente, Informal, Acogedor

Mejor para

Reunirse con amigos, Cenas en solitario

¿Cómo llegar aquí?

Las opciones de transporte público más cercanas para su conveniencia.

Antwerpen Begijnenvest

Parada de autobús 478 m caminar

Antwerpen Amerikalei

Parada de autobús 493 m caminar

Antwerpen Zwijgerstraat

Parada de autobús 172 m caminar

Antwerpen Bres

Parada de tranvía 424 m caminar

4.6

basado en 362 opiniones

Google

4.6/5 353 opiniones

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4.6/5 9 opiniones

Pieter Lefebure

Comida: 4
Servicio: 4
Atmósfera: 4

Lekkere wijtjes gedronken. Attente en vriendelijke bediening Jammer dat we geen fles (of 2) meer konden bestellen na 23u... (Exact uur weet ik niet meer, we mochten wel tot +/- 00.15 op het terras blijven zitten terwijl het personeel aan het opruimen was)

Leonardo Magri

Comida: 5
Servicio: 5
Atmósfera: 5

Ottimo ambiente, servizio eccellente e menu vino do qualità!

Siqi Xia

Comida: 5
Servicio: 5
Atmósfera: 5

Dropped by tonight for a glass of wine. One staff member—he’d been working solo since before 6pm—was looking after the whole place with quiet focus. No rush, no fuss, just calm attention to every table. I started outside, then moved to the bar when it got too cold. He noticed. We talked a little about the wine. He knew what he was talking about, and I found myself really listening. Didn’t expect much from this visit, but somehow it lingered. The kind of place you remember—not just for the wine, but the way someone made it feel personal.