Un día sin planificar, busqué en Google dónde comer una buena paella y encontré este restaurante. Para mi sorpresa, tuvimos la suerte de conseguir una mesa para dos, ya que el lugar estaba lleno. ¡Y justo por la hora conseguimos sitio!
Nos sentaron en una mesa cómoda y de fácil acceso. Nos atendió un camarero muy amable, que además nos recomendó un excelente vino blanco. Pedimos arroz en banda, un plato que no había probado antes, y debo decir que fue la mejor elección, sugerida por otro camarero.
El arroz estaba espectacular: porción generosa, sabor delicioso y una cocción perfecta. Le doy un 10 sin dudarlo.
Los camareros fueron muy amables en todo momento. Se nota que hay un buen equipo de trabajo y un ambiente laboral positivo. Son simpáticos, atentos y profesionales. El restaurante, además, está muy bien organizado, limpio, cuida cada detalle y tiene una decoración bonita.
Lo recomiendo al 100%. Quedé encantada y sin duda volvería siempre. ¡Gracias a todo el equipo de camareros Jerasmo, Miguel y Edwin por una experiencia tan agradable!