Un lugar acogedor, amable y atento, donde la comida es protagonista. Una carta adecuada, variada y basada en producto de proximidad, fácil de entender y sin mareos a la lectura.
El servicio sencillo, rápido y amable acorde con el carácter granadino, todo llevado por una encantadora dueña que sabe lo que necesita su restaurante.
Una comida de sabor, personal y sin complementos artificiales, lo que ofrece es lo que se sirve y es a lo que sabe, que a mí parecer es lo mejor de cada uno de los platos.
Por último tiene una relación calidad precio acorde en el conjunto entorno, producto y servicio.
Por tanto es probar y repetir, sin lugar a dudas. Básicamente Gracias.