Restaurante A Lonxa Do Mercado en Santiago de Compostela

Ya era sospechoso que todo estuviera lleno, y solo en esta terraza hubiese casi todas las mesas libres. De muy malas formas nos dicen que solo podemos comer fuera y mínimo tres raciones… 🤷🏼‍♀️ Éramos tres, y en la carta ponía raciones a compartir… pero las raciones tienen el tamaño de una tapa!! Un robo!!!. El camarero nos trae los vasos sucios… Le pido por favor vasos limpios y me los vuelve a traer sucios y sin hielo… solución, nos bebimos las bebidas en las botellas… Mal servicio, calidad justita, y precio de oro. Si podéis buscar otro sitio, os haréis un favor.

(Read the english review at the end) "Si quieres una experiencia inolvidable… busca otro sitio." Entré con hambre y salí con náuseas. La copa de vino venía con un pelo incluido, los mejillones que pedí al vapor me los cambiaron por vinagreta sin decir nada, el pulpo cobrado como ración resultó ser una tapa ridícula, y las ostras… mejor no recordarlas: en mal estado y me dejaron el estómago destrozado. La carne, pasada y bañada en adobo para disimular, el servicio lento y desagradable, y un trato desigual entre clientes. No me servían una cerveza dentro, pero a otro sí le servían una copa. Y el remate: en la carta ponía un suplemento de 50 céntimos por comer en terraza, pero me cobraron 50 céntimos extra solo en los productos que a ellos les dio la gana. El salón estaba vacío, pero aun así te obligan a comer fuera para cobrártelo. Además, la carta no era la misma que en internet, así que te llevas la sorpresa cuando ya estás sentado. El baño, compartido para hombres y mujeres, pequeño, sucio y con puerta de cortina; la hoja de reclamaciones con manchas, y ni siquiera tenían la oficial ni sello: la trajeron de otro sitio. La cerveza que pedí llegó… cuando ya habíamos terminado de comer. Malas formas, mala educación, mala presencia y precios tramposos. Jamás volveré. "If you want an unforgettable experience… look somewhere else." I walked in hungry and left feeling sick. My glass of wine came with a hair in it, the steamed mussels I ordered were swapped for vinaigrette mussels without a word, the octopus—charged as a full portion—was a tiny appetizer, and the oysters… best not to remember: spoiled and left my stomach in ruins. The meat was overcooked and drowned in seasoning to hide it, the service was slow and unpleasant, and customers were treated inconsistently. They wouldn’t serve me a beer inside, yet served another customer a glass of wine right there. And the cherry on top: the menu stated a €0.50 supplement for eating on the terrace, but they only applied it to the items they felt like, not all of them. The dining room inside was empty, yet they forced us to eat outside just so they could charge it. On top of that, the menu was different from the one online, so you only find out once you’re seated. The bathroom was shared between men and women, small, dirty, and with a curtain for a door; even the complaint form was stained, and they didn’t have the official one or a stamp—they had to bring it from somewhere else. The beer I ordered arrived… when we’d already finished eating. Bad manners, poor hygiene, sneaky pricing, and a place I wouldn’t step into again.

Una estafa. Si no me cree, pruébelo, pero le advierto, se arrepentirá. Los percebes tan pequeños que no tenían nada que comer, empanada sin relleno prácticamente, berberechos claramente congelados al igual que las almejas, y así todo... Aderezado además por la mala educación del propietario (solo hay que leer las respuestas que da a los que como yo lo calificamos mal) ... De esas veces en las que pagas un dineral (75€, 1 adulto y 2 niños) por salir habiendo "comido" poco y mal.