Fuimos a comer por las críticas que leímos, y bueno, la comida está bien, pero tanto el servicio como el local pesan negativamente en la experiencia.
Puntos positivos:
- Bien ubicado.
- Las croquetas de jamón están muy buenas y la tortilla de cebolleta también.
Puntos negativos:
- La carta un poco liosa. Si quieres comer de tapas, solo puede ser en terraza o en 3 mesas que tienen en la planta de calle. Si quieres comer arriba, no pueden ser tapas. Pero la carta que te dan tiene todo: tapas y platos.
- Pasamos tal calor dentro, que tanto nosotras como los que estaban en la mesa de al lado, nos teníamos que abanicar y ni aún así conseguías evitar sudar sin parar. Si estás en la terraza en pleno agosto, esto puede ser comprensible, pero dentro del local no debería ser así.
- El servicio era lento y el camarero en concreto que nos atendió bastante seco. Comentamos el tema del calor y nos dijo que como se abría la puerta para servir a la terraza, que era lo que había.
- El local no es accesible, ya que para ir al baño se tienen que bajar unas escaleras.
- Cocina en el sótano al lado de los baños. Esto igual en un bar de carretera no te choca, pero en un sitio con cierta categoría, igual no es lo mejor.
- Se equivocaron en la cuenta cobrando bebida de más. No pasa nada, se comentó y se solucionó, pero después del calor que pasamos y de que los propios camareros y el dueño vieran que varias personas estábamos abanicándonos sin parar, igual más que equivocarte cobrando de más, podrías tener el detalle de no cobrar aunque sea la botella de agua que pedimos.