Las Orejas De Elefante en Ciudad de México: fotos, reseñas

Descripción

Las Orejas De Elefante offers a casual and cozy dining experience in the bustling Colonia Centro of Mexico City. Renowned for its fashionably quiet atmosphere, this spot is perfect for family dinners, meet-ups with friends, or solo dining adventures. The restaurant celebrates Mexican cuisine with dishes that prominently feature cheese, and diners can enjoy a full day of meals from breakfast to dinner. Despite its popularity with tourists, it's a wallet-friendly choice, with an average Google rating of 4.2. Be prepared for a bit of a wait, but the delicious offerings, including a selection of desserts and coffee, are well worth it. Ideal for those who enjoy dining out in a laid-back setting, with the convenience of both dine-in and takeaway options.

Precio

$$$$ 100 - 200 MXN

Comidas

Desayuno, Rama, Almuerzo, Cena

Cocinas

Mexicano

Servicios

Para llevar, Comer en el lugar

Oferta

Sirviendo postres, Sirviendo café

Pago

Pago solo en efectivo

¿Cómo llegar aquí?

Las opciones de transporte público más cercanas para su conveniencia.

Lerdo

Parada de autobús 518 m caminar

Flores Magón

Parada de autobús 698 m caminar

Ricardo Flores Magón

Estación de autobuses 372 m caminar

Guerrero

Estación de autobuses 356 m caminar

4.2

basado en 4.714 opiniones

Google

4.2/5 4.714 opiniones

emmanuel montero

Comida: 3
Servicio: 1
Atmósfera: 1

Escuché de este lugar en redes sociales, anuncios pagados que mal informan a las personas. El sabor de los tamales es normal, no hay nada extraordinario, no son malos, pero tampoco buenos como los pintan. El tamaño no es acorde al precio. La atención es más que mediocre, es maleducada y mal encarada. Hay mejores tamales y a mejor precio en otros lugares.

Vicente Chavarría

Comida: 5
Servicio: 5
Atmósfera: 5

Agradable y comodo entre semana, fines de semana la espera es un poco tardada pero vale la pena

Gabriel Martínez

Comida: 3
Atmósfera: 1

Comí ahí y estuvo bien. Pedo para llevar atolle y tamales y el atolle estaba quemado