O tym miejscu

Położona w tętniącej życiem dzielnicy Ampliación San Juan de Aragón CTM, ta kawiarnia Starbucks oferuje przytulną i swobodną atmosferę, idealną zarówno dla osób jedzących samotnie, jak i spotykających się przyjaciół. Modny, ale spokojny klimat wyróżnia ją nie tylko dzięki konsekwentnie wysokiej jakości kawie, ale także szybkiej obsłudze i dostępowi do WiFi. Miejsca na dachu to jeden z atutów, zapewniający wyjątkową przestrzeń do niedrogiego posiłku, niezależnie czy przychodzisz na śniadanie, brunch, lunch czy kolację. Popularna wśród turystów i studentów, kawiarnia serwuje różnorodne herbaty i niewielkie dania, a także wyborne desery. Możesz wybrać dostawę, odbiór na wynos, miejsca na zewnątrz lub jedzenie w lokalu - wszystko z łatwością dzięki niskim cenom, a satysfakcjonująca wizyta nie przekroczy 190 MXN.

Rozwiń

Cena

$$$$ do 190 MXN

Rodzaj posiłku

Śniadanie, Drugie śniadanie, Obiad, Kolacja

Dostępne opcje

Dostawa, Na wynos, Miejsca na zewnątrz, Na miejscu

Oferta

Serwowanie deserów, Małe talerze, Podawanie kawy

Płatność

Płatność kartą kredytową, Płatność kartą debetową, NFC płatność

Atmosfera

Modnie, Cicho, Zwykłe, Przytulnie

Jak tu dojechać?

Najbliższe przystanki transportu publicznego dla Twojej wygody.

Motel Villas Aragón
Przystanek autobusowy 401 m spacerem
Eje 5 Norte Calz. San Juan de Aragón y Álvaro Obregón
Przystanek autobusowy 541 m spacerem
Eje 4 Nte. Av Talisman y Av.
Przystanek autobusowy 533 m spacerem
Metrobús Pueblo San Juan de Aragón Linea
Dworzec autobusowy 656 m spacerem

Opinie i oceny

Napisz opinię
4.4
na podstawie 1 125 opinii
4.4/5 1 125 opinii
Vega González Jennifer
Vega González Jennifer
1 miesiąc temu na Google
  • Jedzenie: 3
  • Obsługa: 3
  • Atmosfera: 3

Hacen mejor los cafés en la sucursal de san juan de Aragón

Julio Esteban
Julio Esteban
1 miesiąc temu na Google
  • Jedzenie: 1
  • Atmosfera: 1

Una experiencia amarga con sabor a indiferencia. Visitar este Starbucks fue, lamentablemente, una lección de cómo una sola persona puede sabotear todo un ambiente. Me refiero a una barista llamada Alejandra —identificable por los numerosos tatuajes de gatos en los brazos y por la inconfundible energía gris que arrastra con cada movimiento. Desde el primer momento, su actitud fue distante, apática y mecánica. No hubo saludo, ni una mirada amable, ni mucho menos atención al detalle. Mi café fue entregado mal (con otro tipo de leche que no pedí) y su reacción ante la corrección fue de un fastidio imposible de disimular. No es que no le guste su trabajo: es que parece aborrecer la idea misma de atender a alguien. Curiosamente, su trato cambia cuando aparece cierto repartidor. Ahí sí hay sonrisas, tonos suaves y una atención que no le dedica ni a sus compañeros ni a los clientes. Llama la atención que este mismo repartidor, minutos después, parece más relajado y feliz charlando con sus colegas que con ella. La atmósfera habla por sí sola. Lo que más me desconcierta es la contradicción. He recibido un mejor trato en hospitales públicos, donde el personal al menos simula cortesía. Incluso el “viene viene” del estacionamiento tiene más carisma, empatía y educación. De hecho, tengo flores sintéticas en el baño de mi casa que aportan más armonía al entorno que la energía que proyecta esta barista. En cuanto a preparación… pedirle un V60 es como pedirle a alguien que recite en griego: primero se ríe nerviosa, luego se hace la desentendida. El café fue tibio, sin gracia y sin técnica visible. No hubo arte latte, ni siquiera lo mínimo esperado de una cadena que presume estandarización y calidad. Como si fuera poco, la manera en que trata a sus compañeros deja entrever una actitud de superioridad totalmente fuera de lugar. Regaña, ordena y corrige en voz alta, sin empatía ni liderazgo, sólo con una rigidez que amarga el entorno. Y lo digo con seriedad: esta persona parece ser una nube que flota permanentemente sobre la barra de café. No suelo redactar reseñas, pero esta experiencia fue lo suficientemente incómoda como para hacer una excepción. La administración debería reconsiderar si esta persona representa los valores de la marca. Porque si este Starbucks fuera una orquesta, Alejandra sería el único instrumento desafinado… desafinado, pero en volumen máximo. Por favor quéjense en el correo que está debajo de la barra, así podemos hacer que despidan a esta incompetente “supervisora”

Rozwiń
Diana Hernandez
Diana Hernandez
2 miesiące temu na Google
  • Jedzenie: 2
  • Obsługa: 1
  • Atmosfera: 1

El servicio del personal es muy deficiente y grosero