Fuimos tres personas a Carnívoro Wine and Grill y la experiencia fue muy buena. Elegimos la terraza porque íbamos con nuestro perro y, al pedirles si podían sacarle agua, lo hicieron sin ningún problema, un detalle que se agradece mucho.
De entrantes pedimos los huevos rotos, diferentes a los que solemos probar, pero con una salsa de setas y queso espectacular. La parrillada de verduras estaba correcta, destacando especialmente el tomate, y el pulpo fue otro acierto, muy bien preparado.
En los postres compartimos tarta de queso, makis y tiramisú: todos muy ricos y con raciones contundentes que nos dejaron más que satisfechos. La cuenta fue de unos 85 €, incluyendo café, dos tintos de verano y una cerveza.
Salimos muy contentos, llenos (¡muy llenos!) y con ganas de volver para probar lo que parece ser su especialidad: las carnes.
Un sitio muy recomendable tanto por la comida como por la atención.
El ambiente en la terraza muy tranquilo, pero pasamos dentro para ir al baño y había mucho bullicio.