He estado en esta preciosa y encantadora restaurante varias veces con mi prometida y siempre hemos salido muy satisfechos, tanto con la comida como con el ambiente. Sin embargo, en mi última visita una nueva camarera nos arruinó la experiencia.
Ella no parecía estar familiarizada con las costumbres del lugar, ya que en este restaurante siempre sirven unos aperitivos de bienvenida al principio, que nunca nos habían cobrado. Esta vez ella sí los incluyó en la cuenta.
Cuando mi prometida habló con su compañero para aclarar la situación (porque yo no hablo bien español), él nos quitó esos aperitivos de la cuenta, pero de una manera que nos hizo sentir incómodos, como si no supiéramos lo que pedimos o quisiéramos aprovechar. Me sentí tratado como un idiota delante de los demás, lo cual me parece inaceptable.
Espero sinceramente no volver a ser atendido por esta camarera, porque nos estropeó completamente la velada. Aun así, estoy seguro de que volveremos, ya que este restaurante es maravilloso y la comida es espectacular.